La tradición nos dice que en las vísperas de Nochebuena (o en ese mismo día) se debe escoger el mejor trozo de leña que se tenga guardado en la leñera entre la leña disponible para quemar durante el invierno. Después, es importantísimo que ese leño, nuestra tronca, se coloque al lado del hogar para que su culo se vaya calentando poco a poco, y también que los pequeños de la casa le den de comer, pues el objetivo es que esté bien preparada para cagar muchas cosas en la noche de Nochebuena. Para garantizar que tenga el culo bien caliente, en muchas casas, además de dejar la tronca al lado de la chimenea, se le pone un mantita por encima.

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La noche de Nochebuena, será necesario ‘bendecir’ la tronca, echándole unos chorros del mejor vino de la casa (o de cualquier otro espirituoso de esos que tienen ‘poderes mágicos’) y diciendo unas palabras, cosa que harán con mucha solemnidad las personas más mayores de la casa junto con los más pequeños. Después, las niñas y niños podrán, al fin, hacer cagar a la tronca. Si se le ha dado bien de comer durante las vísperas de Nochebuena y su culo ha estado bien caliente, cuando los niños levanten la manta que cubre su culera, habrá una buena cantidad de regalos y dulces. Para hacerla cagar, los niños tendrán que darle unos buenos golpes con un palo y decirle al mismo tiempo unas palabras mágicas, entre otras, estas que recoge Enrique Satué en su libro As crabetas. Libro-museo sobre la infancia tradicional del Pirineo:

En Liri:

“En honra, gloria y alabanza del nacimiento temporal del hijo de Dios en el portal de Belén y para que renazca en nuestros corazones”

En la zona central:

“Buen tizón, buen varón, buena brasa, buena casa. Dios mantenga al amo y a la dueña de esta casa. Tú eres negro, yo soy blanco y en a tripa te me zamplo”

En Oncins:

“Buen tizón, buen varón, buena brasa, buena casa. Dios mantenga al amo y a la dueña de esta casa. Paz, pan y vino en esta casa”

En Castilló de Sos:

“Rabasa de Navidat, caga turrón de verdat”

En Ansó:

“Pare, baguera, pare turrón”

En Otal:

“Bebe tizón, bebe tizón. Tú por a boca y yo por o garganchón”

Estas palabras, al tiempo que harán cagar a la tronca una buena cantidad de regalos para los pequeños, tendrán una finalidad ritual, de protección de la casa y de la familia, garantizando otro año de suerte y salud.

Finalmente, hay que recordar que este ritual no termina en la noche de Nochebuena, sino que se extiende algunos días más, en muchos lugares hata el final de las fiestas navideñas. Así, en algunos lugares, la tronca comienza a arder la noche de Nochebuena después de ser ‘bendecida’ y de cagar, pero lo hace hasta el día de Reyes. También es habitual que las cenizas que resultan de la quema de ese trozo de leña se extiendan por los huertos, los campos, etc., para garantizar que, com su poder mágico, ayuden a que la próxima cosecha sea abundante y no falten el dinero y los alimentos durante el próximo año.